· HATSHEPSUT ·
Mucho tiempo antes que Cleopatra, una mujer gobernó Egipto durante veinticinco años. Se llamaba Hatshepsut y fue la primera faraona.
En esos tiempos, el que una mujer reinara era tan extraño que Hatshepsut tenía que comportarse como un hombre para convencer a los egipcios de que era su legítima lideresa. Se proclamó a sí misma rey en lugar de reina y eliminó el sufijo femenino de su nombre, además de usar ropa de hombre e incluso ponerse a veces una barba falsa.
Hatshepsut reinó más y mejor que cualquier otro faraón en la historia de Egipto. Sin embargo, para muchos no fue suficiente. Veinte años después de su muerte, alguien intentó borrarla de la historia. Destruyeron sus estatuas y borraron su nombre de todo registro.
¿Por qué? Porque la idea de una faraona asustaba a la gente. ¿Y si su éxito inspiraba a otras mujeres a tomar el poder?
Por fortuna, no es tan fácil borrar el recuerdo de alguien que ha quedado inmortalizado en piedra.
Quedaron suficientes rastros de su vida y obra que han permitido a los arqueólogos modernos reconstruir su historia.
La momia de Hatshepsut, envuelta en lino y perfumada con resinas, fue extraída de su tumba original y escondida, pero años después fue encontrada en el Valle de los Reyes.