· COCO CHANEL ·
Había una vez, en la región central de Francia, una niña que vivía en un convento, rodeada de monjas vestidas de blanco y negro. Esa niña se llamaba Gabrielle Chanel.
En el convento, las niñas aprendían a coser, pero no había telas de colores. Usaban el mismo material que las monjas para sus prendas, así que también vestían a sus muñecas de blanco y negro.
Ya de mayor, Gabrielle consiguió trabajo como costurera de día y cantante de noche. Los soldados para los que cantaba en el bar la llamaban Coco, apodo que conservaría el resto de su vida.
Coco soñaba con tener su propia boutique en París. Un día, un amigo acaudalado le prestó suficiente dinero para hacer sus sueños realidad.
Las prendas que diseñaba Coco eran muy bonitas, incluso si la tela era de color liso.
-¿Dónde has comprado eso? -le preguntaban las elegantes damas parisinas.
-Lo he hecho yo -contestaba Coco-. Si vienes a mi boutique, puedo hacerte uno también.
El negocio prosperó rápidamente y Coco tuvo dinero suficiente para devolverle el préstamo a su amigo. Su diseño de más éxito fue el cásico "vestidito negro". Coco transformó el color que siempre se había asociado con los funerales en algo perfecto para una elegante salida de noche.
La forma de muchas de las prendas que usamos hoy en día están inspiradas en los diseños de Coco Chanel, que empezó su carrera haciendo vestidos para sus muñecas con los retazos de las faldas de las monjas.