· CATALINA LA GRANDE ·


     Había una vez una reina que sentía desprecio por su marido.

     Se llamaba Catalina, y su marido, Pedro, era el emperador de Rusia. La gente consideraba que el emperador era malvado y arrogante.

     Catalina sabía que ella podría gobernar mejor su patria. Lo único que necesitaba era encontrar la manera de reemplazar al rey.

     Seis meses después de haber sido nombrado emperador, Pedro se tomó unas vacaciones y se fue sin Catalina. Ella vio ahí su oportunidad. Dio un discurso inspirador a los soldados reales y los convenció de ponerse de su lado. Dejaron de ser leales a Pedro, y un sacerdote la declaró nueva gobernante de Rusia. Al poco tiempo se mandó hacer una magnífica corona que estuviera a su altura.

     Una de las primeras cosas que hizo como emperadora fue mandar arrestar y encarcelar a su marido.

     Los orfebres de la magnífica corona de Catalina tardaron dos meses en terminarla. Estaba hecha de oro y plata, y tenía 4.936 diamantes, setenta y cinco perlas y un enorme rubí la remataba.

     Durante su reinado, Catalina extendió el Imperio ruso al ganar varias guerras y sofocar revueltas.

     Mucha gente la envidiaba por ser una mujer tan poderosa. Decían cosas horribles de ella a sus espaldas mientras estaba viva, y cuando murió dijeron con malicia que debió de haberse caído por el excusado. De hecho, Catalina murió en su cama y fue enterrada en una suntuosa tumba de oro en la catedral de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo.


2 DE MAYO DE 1729 - 17 DE NOVIEMBRE DE 1796

RUSIA



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