· AMNA AL MADDAD ·
Había una vez una periodista llamada Amna que era muy infeliz. Amna tenía sobrepeso y carecía de condición física. Un día se dijo a sí misma: "Puedes hacer algo mejor que esto. Simplemente hazlo. Sal a caminar". Y eso hizo.
Amna disfrutaba tanto de sus paseos que quiso hacer algo más. Empezó a correr largas distancias y hacía carreras cortas. Comenzó a ejercitarse en el gimnasio y, cuando descubrió el levantamiento de pesas, supo que era su deporte ideal.
La vida de Amna cambió cuando la Federación Internacional de Halterofilia, que regula el levantamiento de pesas de todo el mundo, permitió que las mujeres musulmanas participaran en unitardo (leotardo de cuerpo completo) y hiyab. Amna empezó entonces a competir en Europa y en América, y se convirtió en un icono para todas las niñas musulmanas del mundo.
-Me gusta ser fuerte -afirma Amna-. Ser mujer no significa que no puedas ser tan fuerte como un hombre, ¡o incluso más!
Le gusta tanto levantar pesas que entrenó para ir a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.
Amna cree que todas debemos encontrar un deporte que nos guste y practicarlo.
-No importa tu edad, tu religión u origen étnico. El deporte es bueno para todos. El deporte genera paz y une a las naciones. Sin importar cuáles sean los desafíos, nunca te alejes de tus sueños. Mientras más persistas, más te acercarás a tus metas. Cuando las cosas se pongan duras, sé más dura que ellas.