· ALFOSINA STRADA ·
Había una vez una niña que conducía su bicicleta tan rápido que apenas llegabas a verla pasar.
- ¡Cuidado, Anfonsina! -le gritaban sus padres. Pero era demasiado tarde, porque ya estaba muy lejos para oírlos.
Cuando se casó, su familia tenía la esperanza de que por fin renunciaría a la loca idea de convertirse en ciclista profesional. Sin embargo, el día de su boda, su marido le regaló una nueva bicicleta de carreras. Después se mudaron a Milán, donde Alfonsina empezó a entrenar de forma profesional. Era tan rápida y tan fuerte que unos años después participó en el Giro de Italia, una de las carreras más duras del mundo. Ninguna otra mujer lo había intentado antes.
"No lo logrará", decía la gente. Pero no había forma de detenerla.
Fue una carrera larga y agotadora, con fases de veintiún días en algunos de los recorridos montañosos más empinados del mundo. De los noventa ciclistas que empezaron la carrera, solo treinta cruzaron la meta.
Y Alfonsina fue una de ellos. La recibieron como una heroína.
Por desgracia al año siguiente le prohibieron competir.
- El Giro de Italia es una carrera para hombres - declararon los organizadores.
Pero eso tampoco detuvo a Alfonsina. Encontró la forma de competir y estableció un récord de velocidad que se mantuvo durante veintiséis años, a pesar de correr con una bicicleta de veinte kilos y una sola velocidad.
A Alfonsina le alegraría saber que las cosas han cambiado mucho desde entonces. Ahora el ciclismo femenino es muy popular. Incluso es un deporte olímpico.